2009 Y LA CRISIS FINANCIERA


POR: ALFREDO TRESS JIMÉNEZ

Hace meses los líderes sociales y analistas advertían sobre los efectos que tendría la crisis económica de Estados Unidos en nuestro país. Hoy, desgraciadamente, se están cumpliendo esas predicciones. Estamos a unos días de iniciar el 2009 y algunas medidas para hacer frente a la crisis que miles de familia enfrentan deben tomarse en cuenta para aspirar a tener un año tranquilo.

Debe decirse que la implantación de la política neoliberal dejó a nuestra economía muy expuesta a factores externos. Esta era y sigue siendo una de las razones para que los partidos progresistas propusieran un cambio del modelo económico que fortaleciera las actividades productivas, el mercado interno y la creación de empleos. Sin embargo, al continuar la misma política e incluso profundizarse, nuestro país se ha vuelto más vulnerable. Debido a ello, la crisis hipotecaria en Estados Unidos que ha contagiado a los mercados internacionales, nuestra economía se encamina a un estancamiento de graves consecuencias para la mayoría de los mexicanos. Esto sucede aún cuando el Presidente Felipe Calderón como Agustín Carstens, Secretario de Hacienda y Crédito Público, llegaron a decir que en estos momentos si ha los Estados Unidos les daba pulmonía, aquí apenas nos provocaría una gripe.

Así, guiados por la inercia de la política neoliberal, fueron incapaces de impulsar un programa para reactivar la economía, crear empleos, fortalecer el campo, construir refinerías. Por el contrario, decidieron aumentar los precios de las gasolinas, el diesel, el gas y la energía eléctrica, entre otros productos; mantuvieron los privilegios fiscales para los grandes contribuyentes y crearon el Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) que golpea a pequeñas y medianas empresas y limita la generación de empleos. No hicieron nada para lograr la autosuficiencia alimentaria y continuaron con el criterio de comprar lo que consumimos en el extranjero. Impidieron la libre competencia con la protección a los monopolios que cobran por bienes y servicios precios exagerados y afectan a consumidores y empresas. Y en vez de llevar a cabo un plan de austeridad para liberar fondos al desarrollo, en dos años, el gobierno federal ha incrementado el gasto corriente en 400 mil millones de pesos, utilizando para ello los excedentes petroleros.

En fin, se ha perdido el tiempo, se ha dejado de aprovechar la oportunidad de precios altos del petróleo que difícilmente se volverá a presentar. Y lo más lamentable, es que ahora nos impacta la crisis de Estados Unidos con una economía muy debilitada y con el riesgo de una devaluación de nuestra moneda, como ya empezó a expresarse en los últimos días.

El salario y los ingresos están resultando insuficientes ante la carestía. Está creciendo la cartera vencida. Los bancos han reducido sus créditos. Las tiendas departamentales están bajando sus ventas y la industria de la construcción no está creciendo. Por los efectos de la recesión en Estados Unidos, se está reduciendo el monto de las remesas de los trabajadores mexicanos en el extranjero. Está cayendo la producción, son menores las exportaciones, están bajando los niveles de ocupación en los destinos turísticos se ha reducido considerablemente el crédito internacional para proyectos de inversión.

Por todo ello, ahora le corresponde nuevamente a la ciudadanía tomar medidas que los analistas sugieren:

Ajustar su gasto a lo básico.
Esmérese en su trabajo, porque habrá más despidos.
Ahorre en sus consumos de luz, agua, gas, gasolina y otros.
Aproveche siempre que pueda los descuentos por pagos en efectivo y por adelantado de agua y predial.
Pague su recibo de luz, teléfono, cable y otros servicios, en las oficinas y no en los bancos para ahorrar el cobro de comisiones.
No pague su recibo de luz, agua y teléfono si llega muy alto, hasta exigir una aclaración.
No acepte cargos indebidos en tarjetas de crédito. Cuide que los pagos de sus abonos por compra de automóviles en el banco no contengan cargos no justificados y siempre solicite aclaraciones.
No contrate créditos para consumo porque los intereses son muy altos y van a subir más.
No contrate crédito a tasa variable, si lo necesitas contrata a tasa fija.
No contrate deudas en dólares.
Aún si no tiene ingresos pero estás registrado como contribuyente, debe presentar tu declaración en ceros, para evitar multas abusivas.
Compre en los mercados o tianguis, porque ellos y los campesinos mexicanos necesitan de su ayuda.
Prepare sus alimentos y el desayuno de sus hijos para la escuela; que no consuman comida chatarra, no sólo por salud sino porque son productos más caros.
Compre café mexicano.
Si puede déle trabajo a pintores, carpinteros, herreros, plomeros, jardineros y otros.
Si viaja por recreación o turismo, trate de que sea a lugares nacionales y dé preferencia a negocios de mexicanos.
Favorezca a las fondas y a los restaurantes nacionales.
Si compra un auto favorezca a las empresas que fabrican en nuestro país; así apoya el empleo de trabajadores mexicanos.
De la bienvenida a los amigos de tus hijos en casa para sus reuniones, con el fin de que tengan más seguridad y gasten menos.
Maneje con cuidado y tolerancia, sin prisas, mejor salga a tiempo.
Reúnase más con sus seres queridos; de más tiempo a la comunicación y a la convivencia con sus hijos, revalore la importancia de la lectura, la conversación y el apoyo mutuo con familiares, amigos y vecinos.
Y tenga presente que la felicidad depende de estar bien con la conciencia, con uno mismo y con el prójimo; no sólo se alcanza con bienes materiales.
Analice por quién votar de acuerdo a sus propuestas y trayectoria.

Si cada familia acuerda un plan anticrisis, es posible enfrentar el sentimiento de frustración y la incertidumbre que prevalece y crear un ambiente de seguridad, de aliento y de esperanza. Asimismo, es indispensable que todos actuemos con mayor humildad, tolerancia, generosidad y respeto. Que este 2009 sea excelente para usted y su familia y goce de salud, afecto y prosperidad. ¿Usted qué opina?

alfredotress04@yahoo.com