miércoles, 7 de julio de 2010

¿Usted qué opina, un
día después?


Por Alfredo Tress Jiménez


Amanecimos con gobernador, diputados y alcaldes electos; la ciudadanía se expresó con su voto en las urnas, ahora debemos de esperar que define la autoridad electoral, será el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) y posteriormente, derivado de las impugnaciones que puedan presentar los partidos políticos por irregularidades que presuman, el Tribunal Estatal Electoral (TRIEE), organismo creado para dirimir todas y cada una de las impugnaciones que se presenten en tiempo y forma y en apego a las normas establecidas legalmente.

Aún y cuando el TRIEE confirme o revoque algún triunfo, los candidatos y sus partidos que no este de acuerdo con el fallo del Tribunal Veracruzano, tiene la posibilidad jurídica de recurrir ante el Tribunal Federal Electora (TRIFE), organismo que sus resoluciones son inapelables, lo que quiere decir que será el TRIFE quién determine en definitiva el triunfo o la revocación de los mismos con sus proyectos de dictamen.

Es por lo anterior que se ha dicho por diferentes actores políticos y analistas, que las elecciones en nuestro estado se van a judicializar, pero lo que debe saber el electorado, es que a partir de que se crean los organismos autónomos en materia electoral, todas las elecciones democráticas que sean impugnadas, deberán ser resueltas por estos organismos.

Anteriormente a la existencia de los tribunales electorales, era el gobierno federal o los gobiernos estatales, según el tipo de elección, quienes de manera discrecional y en concertacesiones resolvían alguna inconformidad, inclusive los triunfos de la oposición ganados en las urnas con el voto mayoritario de los ciudadanos, de no convenirles a los que ejercían el poder, eran cambiadas las actas y se les daba el triunfo a los que consideraban los hombres leales a su proyecto, las decisiones ciudadanas eran lo de menos.

En estos nuevos tiempos, lo anterior es sólo anécdota de lo que se hacía, es por ello que aún existen expresiones urbanas de que su voto en contra del partido en el poder no sirve, o que las elecciones son manipuladas y que gana quién tenga más recurso económico en las campañas. Esto es parcialmente cierto; sin embargo, todas las irregularidades o excesos de campaña denunciados ante la autoridad electoral con soportes legales, son analizados por el Tribunal estatal en primera instancia en los procesos locales y confirmada o no por la autoridad electoral federal. Actualmente es muy difícil que los gobiernos resuelvan a modo, ahora deben pasar por el tamiz de las autoridades electorales.

Los procesos democráticos en nuestro país han avanzado; no obstante, se continúa contando en los encargos de los organismos electorales, con ciudadanos que provienen de la decisión del gobierno en turno y de los partidos políticos mayoritarios; sumado a ello, la coacción que existe de los funcionarios que dicen obedecer al jefe superior, intentan obligar a los trabajadores de mandos medios a no promover ni ejercer el voto en contra del partido que los emplea.

Falta mucho todavía para democratizar las elecciones, la lucha por el poder es encarnizada, ya que obedece más a intereses personales que atender las necesidades ciudadanas. Los que se han dedicado a la política o han estado en la administración pública por años, su único propósito es seguir pegados al presupuesto, creyendo que sólo ellos son los dueños absolutos del poder. Por su parte los jóvenes políticos, ven en la administración pública la posibilidad de resolver sus problemas económicos de vida.

Por lo tanto, solo la ciudadanía común que es la mayoría, tiene en su mente y consecuentemente en sus decisiones, la posibilidad de darle un giro a la política y ubicar a los políticos en su justa dimensión, el poder emana del pueblo y es éste quién debe exigir a los malos gobernantes que dejen los encargos, ¿Cómo?, denunciando permanentemente a estos malos funcionarios ante las instancias correspondientes. La insistencia ciudadana por mejorar las condiciones de su entorno, en un futuro no muy lejano, cabe la esperanza de que nuestro Veracruz y el país entero, sean gobernados por personas honorables que antepongan el servicio a la comunidad por servirse de la comunidad, sin embargo en estos momentos esto es imposible, es por ello que las elecciones continuarán dirimiéndose en los tribunales, y serán un puñado de magistrados quienes a nombre de la ciudadanía decidirán quiénes nos deben gobernar.

Ojala el nuevo gobernador, los diputados y alcaldes con sus cabildos, respondan a las expectativas que generaron en sus campañas a favor del pueblo; de lo contrario, deberemos padecerlos el tiempo para el cual fueron electos, en este sentido cabe la reflexión de que “el pueblo tiene el gobierno que quiere”. ¿Usted qué Opina?
alfredotress04@yahoo.com

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