LA CONSULTA CIUDADANA
POR: ALFREDO TRESS JIMÉNEZ
Ayer se realizó la Consulta Ciudadana para la reforma Energética, fue un hecho inédito e histórico y ojala en las futuras decisiones que atañen al país se siga consultando el sentir de los mexicanos. No se cree que un mecanismo democrático y legal como este debiera ser descalificado. Al contrario, se fortalece la discusión sobre el futuro de la principal riqueza de nuestro país.
Cabe recordar que en el paquete de iniciativas de la Reforma energética, el Gobierno Federal pretende hacer cambios sustantivos en la Constitución Mexicana, en particular el Artículo 27, donde se busca establecer que los hidrocarburos, su exportación, regulación, almacenamiento, transporte, ductos, entre otros, ya no sea una actividad exclusiva de la Nación por conducto de Petróleos Mexicanos.
En este sentido, Pemex se quedaría sólo con la extracción de crudo, mientras que la refinería, ductos, almacenamiento, distribución, interconexiones y otras actividades quedarían abiertas a empresas extranjeras.
Este tipo de cambios constitucionales traería otras implicaciones adicionales como que los convenios mercantiles con empresas extranjeras, estén sujetos a la jurisdicción de tribunales extranjeros, lo que significa dar por tierra la doctrina mexicana, al resolverse los recursos estratégicos en áreas extranjeras sujetos a otra normatividad.
Otro de los argumentos con los que se pretende lograr esta reforma es que las finanzas de Pemex se encuentran mal; sin embargo, se debe de hacer una revisión en las finanzas de la paraestatal. En los últimos ocho años son más de 70 mil millones de dólares que se obtuvieron al tener el precio más alto de petróleo, tan sólo en este año el superávit es de cerca 25 mil millones de dólares.
El debate sobre la Reforma Energética y el intento de privatizar la explotación del petróleo, en forma oculta, tiene que ver con las áreas estratégicas de la economía, diferentes a las áreas prioritarias, y mucho más lejanas de aquellas que quedan en el campo de la iniciativa privada. El crudo está dentro de las áreas estratégicas, bajo el cargo del Estado, de manera exclusiva, esto es, sin posibilidad alguna de que otro sector, el social o el privado, puedan intervenir.
Si Pemex comparte de cualquier manera, directa y abiertamente o con argucias, se vulnera un área estratégica de nuestro sistema económico y se pone en riesgo hoy y para el futuro la soberanía de nuestra patria. La reforma energética del Gobierno Federal podría poner en riesgo la estabilidad del país, ya que traería como consecuencia inmediata una problemática mayor en materia de generación de empleo, además de que limitaría la posibilidad de un verdadero desarrollo en México. La discusión de este tema es un punto fundamental para el país porque tiene que ver con su viabilidad como nación. El tema del petróleo no está etiquetado a una persona o partido político, Es de interés nacional y todos tenemos derecho a opinar, a decidir y a votar en una consulta abierta.
La opinión de los ciudadanos que participaron ya está hecha, si usted votó por el SI o por el NO, quedará en la conciencia y responsabilidad de cada quien con respecto a las futuras generaciones, pero sea cuál sea el resultado que se dé a conocer, dimos un claro ejemplo de que somos una sociedad responsable. En los próximos días nos enteráremos de las acciones a emprender por parte de la derecha para lograr a toda costa privatizar el petróleo, más aún cuando vieron que no les será nada fácil. Es evidente que efectivamente urge un cambio, una reforma energética, pero la pregunta central del debate está en qué sentido debe hacerse ese cambio sin que afecte a miles de millones de personas con una privatización que traería alzas a los precios de los productos de la canasta básica, entre otros, y que dañaría la ya de por sí la lastimada situación económica de los mexicanos. ¿Usted qué opina?
alfredotress04@yahoo.com
POR: ALFREDO TRESS JIMÉNEZ
Ayer se realizó la Consulta Ciudadana para la reforma Energética, fue un hecho inédito e histórico y ojala en las futuras decisiones que atañen al país se siga consultando el sentir de los mexicanos. No se cree que un mecanismo democrático y legal como este debiera ser descalificado. Al contrario, se fortalece la discusión sobre el futuro de la principal riqueza de nuestro país.
Cabe recordar que en el paquete de iniciativas de la Reforma energética, el Gobierno Federal pretende hacer cambios sustantivos en la Constitución Mexicana, en particular el Artículo 27, donde se busca establecer que los hidrocarburos, su exportación, regulación, almacenamiento, transporte, ductos, entre otros, ya no sea una actividad exclusiva de la Nación por conducto de Petróleos Mexicanos.
En este sentido, Pemex se quedaría sólo con la extracción de crudo, mientras que la refinería, ductos, almacenamiento, distribución, interconexiones y otras actividades quedarían abiertas a empresas extranjeras.
Este tipo de cambios constitucionales traería otras implicaciones adicionales como que los convenios mercantiles con empresas extranjeras, estén sujetos a la jurisdicción de tribunales extranjeros, lo que significa dar por tierra la doctrina mexicana, al resolverse los recursos estratégicos en áreas extranjeras sujetos a otra normatividad.
Otro de los argumentos con los que se pretende lograr esta reforma es que las finanzas de Pemex se encuentran mal; sin embargo, se debe de hacer una revisión en las finanzas de la paraestatal. En los últimos ocho años son más de 70 mil millones de dólares que se obtuvieron al tener el precio más alto de petróleo, tan sólo en este año el superávit es de cerca 25 mil millones de dólares.
El debate sobre la Reforma Energética y el intento de privatizar la explotación del petróleo, en forma oculta, tiene que ver con las áreas estratégicas de la economía, diferentes a las áreas prioritarias, y mucho más lejanas de aquellas que quedan en el campo de la iniciativa privada. El crudo está dentro de las áreas estratégicas, bajo el cargo del Estado, de manera exclusiva, esto es, sin posibilidad alguna de que otro sector, el social o el privado, puedan intervenir.
Si Pemex comparte de cualquier manera, directa y abiertamente o con argucias, se vulnera un área estratégica de nuestro sistema económico y se pone en riesgo hoy y para el futuro la soberanía de nuestra patria. La reforma energética del Gobierno Federal podría poner en riesgo la estabilidad del país, ya que traería como consecuencia inmediata una problemática mayor en materia de generación de empleo, además de que limitaría la posibilidad de un verdadero desarrollo en México. La discusión de este tema es un punto fundamental para el país porque tiene que ver con su viabilidad como nación. El tema del petróleo no está etiquetado a una persona o partido político, Es de interés nacional y todos tenemos derecho a opinar, a decidir y a votar en una consulta abierta.
La opinión de los ciudadanos que participaron ya está hecha, si usted votó por el SI o por el NO, quedará en la conciencia y responsabilidad de cada quien con respecto a las futuras generaciones, pero sea cuál sea el resultado que se dé a conocer, dimos un claro ejemplo de que somos una sociedad responsable. En los próximos días nos enteráremos de las acciones a emprender por parte de la derecha para lograr a toda costa privatizar el petróleo, más aún cuando vieron que no les será nada fácil. Es evidente que efectivamente urge un cambio, una reforma energética, pero la pregunta central del debate está en qué sentido debe hacerse ese cambio sin que afecte a miles de millones de personas con una privatización que traería alzas a los precios de los productos de la canasta básica, entre otros, y que dañaría la ya de por sí la lastimada situación económica de los mexicanos. ¿Usted qué opina?
alfredotress04@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario