lunes, 21 de julio de 2008

LA CONSULTA POPULAR PARA LA REFORMA ENERGÉTICA

POR: ALFREDO TRESS JIMÉNEZ

Después de 18 foros y la exposición de aproximadamente 140 ponentes de la más alta calidad en el debate que organizó el Poder Legislativo sobre la Reforma Energética, quedó plenamente acreditado que las iniciativas que envió al Senado Felipe Calderón, deben rechazarse porque son contrarias a la Constitución y plantean la privatización de PEMEX. De esta manera, las fuerzas políticas integrantes del Frente Amplio Progresista (FAP), llevarán el próximo domingo 27 de julio, en todo el país, una consulta popular sobre esta reforma que se discute en el Congreso. El objetivo es instalar alrededor de 15 mil mesas, donde se recibirá la opinión de millones de ciudadanos sobre este importante tema para todos los mexicanos.

Las preguntas que contiene la boleta de la consulta popular son: Actualmente la explotación, transporte, distribución, almacenamiento y refinación de los hidrocarburos son actividades exclusivas del gobierno, ¿está de acuerdo o no está de acuerdo que en esas actividades puedan ahora participar empresas privadas?" y "En general, ¿está de acuerdo o no está de acuerdo con que se aprueben las iniciativas relativas a la reforma energética que se debaten actualmente en el Congreso de la Unión?"

La crítica situación en que se encuentra el sector energético, particularmente el petrolero, ha provocado una intensa discusión en los medios de comunicación que ha generado inquietud social. Por un lado, no se conocen los contenidos de las diversas propuestas de Calderón y por el otro, el tema petrolero toca las fibras más sensibles de la sociedad mexicana.

Lo que existe es una gran desinformación que provoca confusión; ante la falta de propuestas la derecha gasta cantidades de dinero exorbitantes en spots de radio y televisión señalando que no hay nada de qué preocuparse, que el país está bien y que lo que se busca es "modernizar a PEMEX", con estos mensajes pretenden aturdir a la ciudadanía, tranquilizar conciencias, adormecer voluntades y distorsionar el verdadero sentido de la defensa de la renta petrolera. No olvidemos que en materia energética están presentes intereses políticos y económicos externos, a propósito la reflexión del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva: "detrás de la materia energética se encuentran empresas poderosas y, a su vez, detrás de ellas gobiernos poderosos".

PEMEX se descapitalizó y varió sus objetivos; importamos el 40% de la gasolina que consumimos, debido a que no se han construido refinerías desde 1979. La exploración se descuidó, la producción por pozo declinó. Las reservas cayeron 27 por ciento, restándonos únicamente 10 mil millones de barriles de reservas. También se jubiló tempranamente y se despidió a personal calificado; al mismo tiempo se descuidó la investigación y el desarrollo tecnológico. Se obligó a PEMEX a endeudarse mediante Pidiregas, Financiamiento oneroso que favorece por sus características a las grandes empresas internacionales.

La situación de la paraestatal parece obedecer a un plan de privatización que se ha venido cumpliendo lento, pero firmemente; tiene su origen en las conocidas presiones que ha ejercido Estados Unidos sobre México para asegurar el suministro de petróleo a esa nación. Las presiones tienden a acentuarse en épocas de crisis financiera, como en 1995 cuando a cambio del préstamo de 20 mil millones de dólares, se dio de garantía la exportación de petróleo y se asumió el compromiso de privatizar la generación eléctrica y los complejos petroquímicos, así como la concesión y distribución, transporte y almacenamiento de gas natural.

Es evidente que efectivamente urge un cambio, una reforma energética, pero la pregunta central del debate está en qué sentido debe hacerse ese cambio sin que afecte a miles de millones de personas con una privatización que traería alzas a los precios de los productos de la canasta básica y que dañaría la ya de por sí lacerada situación económica de los mexicanos.

Estamos en presencia –riesgo u oportunidad, según se vea- de reformar todo un sistema que tiene amplias dimensiones y repercusiones. En el juego democrático se dan factores de mayorías y minorías, pero no olvidemos que en materia constitucional, en materia de decisiones políticas fundamentales que son las que definen a un Estado y vinculan al gobierno con su pueblo y que integran socialmente a una nación, antes de cambiarlas se debe consultar la voluntad efectiva sobre si la sociedad aprueba que el mercado y la renta petrolera ya no sean solo de México, sino que se compartan con intereses privados internos y externos. Por eso es importante que el próximo domingo 27 de julio salgamos a votar a partir de las ocho de la mañana y participar en esta consulta popular ubicando la mesa más cercana a su domicilio. La responsabilidad es histórica, los que deben tomar las decisiones deben sopesar cuidadosamente los pros y contras ya que la soberanía y la seguridad energética, así como la renta petrolera, no solo nos atañen a nosotros sino que pertenecen también a nuestros hijos y a las generaciones futuras. Salgamos a manifestarnos este próximo domingo 27 de julio de las 8 de la mañana a las 6 de la tarde, las mesas receptoras de la opinión de usted sobre la consulta popular, no es a favor o en contra de un partido político, es a favor o en contra del futuro de nuestro país y en consecuencia de nuestros hijos. Exprésese, no se quede con la duda, salga a decir NO ESTOY A FAVOR DE LA PRIVATIZACIÓN PETROLERA o SI, usted tiene la última palabra. ¿Usted qué opina?
alfredotress04@yahoo.com

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