lunes, 13 de octubre de 2008

¿QUÉ NOS DEBEMOS ESPERAR DEL
PRÓXIMO CONGRESO FEDERAL?

POR: ALFREDO TRESS JIMÉNEZ


Una de las acciones estratégicas que debe adoptar cualquier gobierno del mundo para evitar continuar abriendo la brecha de la pobreza es minimizar al máximo los incrementos en los alimentos y servicios básicos, situación contraria sucede en México, quien se encuentra en una crisis alimentaria hace más de 4 sexenios, situación que lastiman a una población de aproximadamente 60 millones de mexicanos pobres, de los cuales alrededor de 15 millones están calificados en situación de "pobreza extrema", es decir, simple y llanamente en situación de hambre.

El gobierno federal instrumentó una serie de acciones de "Apoyo a la Economía Familiar", donde los únicos beneficiarios directamente son los acaparadores y los vecinos del norte (Estados Unidos y Canadá), ya que con ello aceleran al 100% las disposiciones comprometidas en el Tratado del Libre Comercio (TLC), de liberar los aranceles de las importaciones de maíz, huevo y leche, que ahora se extiende a fríjol, sorgo y pasta de soya.

Por si fuera poco, desde hace 25 años se ha desmantelado la infraestructura productiva agropecuaria, tal es el caso de la distribución de alimentos básicos. Desmantelamiento que ha impedido disponer de una soberanía alimentaria y de protección de la canasta básica para la población de más bajos ingresos del país. Aunado a esto, están los incrementos recientes a la tortilla, al transporte público, a la energía eléctrica y al gas. Todos estos factores, sumada la crisis financiera por la que atraviesa la economía estadounidense, generan una desestabilización económica fuerte con impacto negativo a nuestro país, que de por si ya se encuentra demasiado lacerado.

Debe decirse que la implantación de la política neoliberal dejó a nuestra economía expuesta a factores externos. Esto sigue siendo una de las razones para proponer un cambio en el modelo económico que fortaleciera las actividades productivas, el mercado interno y la creación de empleos. Sin embargo, al continuar la misma política e incluso profundizarse, nuestro país se ha vuelto más vulnerable. Debido a ello, al presentarse la crisis hipotecaria en Estados Unidos y contagiar los mercados internacionales de crédito, nuestra economía se encamina a un estancamiento de graves consecuencias para la mayoría de los mexicanos.

El gobierno calderonista, sumergido en sus propias teorías económicas que lo hacen ver otra realidad, olvidó lo que había dicho semanas anteriores referente a que "si en Estados Unidos les daba pulmonía, aquí apenas nos provocaría una gripe" y recientemente en un mensaje en radio y televisión, anunció un programa para la generación de empleo y "para reforzar la economía", que comprende cinco puntos. 1. Ampliar el gasto público, particularmente en materia de infraestructura que estimule el crecimiento. 2. Busca cambiar las reglas en el ejercicio de ese gasto en infraestructura por parte del sector público, para poder agilizar su ejercicio. 3. El inicio de la construcción de una nueva refinería en el país. 4. El lanzamiento de un programa extraordinario de apoyo a las pequeñas y medianas empresas. 5. Un nuevo programa de desregulación y desgravación arancelaria para hacer más competitivo el aparato productivo nacional. Admitió que la situación adversa de la economía mundial tendrá impacto en México, y aunque no explicó el mecanismo y la estrategia a detalle, señaló que el país saldrá adelante porque tiene acciones concretas que estimulan el crecimiento económico.

Para ello, en días pasados, el Presidente propuso apoyado en el PAN y PRI, un acuerdo político para aplazar hasta el 15 de diciembre la aprobación del incierto Presupuesto de Egresos 2009, que es 5.7% superior al de este año (2,280 billones de pesos), y garantizar así la certidumbre económica del país, pero los diputados federales de las bancadas del PRIAN rechazaron esa posibilidad y advirtieron que el proyecto fiscal será votado antes del 15 de noviembre. Solo esperamos que los diputados se den el tiempo suficiente para poder analizar en que se debe prioritariamente los recursos económicos para el próximo año que será muy difícil para millones de mexicanos.

Sin lugar a dudas todos deseamos que le vaya bien a México y que las políticas que se implementaran funcionen porque las crisis internacionales no se controlan desde nuestro país, pero se debe aplicar un plan anticrisis destinado a fortalecer nuestra producción interna para evitar un mayor desempleo y reducir el déficit comercial; cancelar los aumentos de precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad, para mejorar la competitividad de la industria, dar alivio a los consumidores y reducir la presión inflacionaria, se debe aumentar el presupuesto destinado al campo; se deben establecer precios de garantía y subsidios al fertilizante y a otros insumos, con el propósito de reducir las importaciones de alimentos; evitar más aumentos en los precios; mejorar la economía de campesinos y productores y atemperar el fenómeno migratorio, construir refinerías para dejar de comprar las gasolinas en el extranjero, debe llevarse a cabo un programa de construcción de obras públicas, para reactivar la economía y generar empleos en beneficio de la gente más necesitada, apoyar programas a favor de la educación gratuita, la juventud y la tercera edad, y hacer una limpieza de los malos funcionarios que imperan en los tres niveles de gobierno.

Pero estas iniciativas solo pueden lograrse con Congresos plurales e incluyentes, no con diputados que dejan de servir al pueblo que votó por ellos para servirle a un jefe obedeciendo intereses personales. Si las cosas siguen así ¿qué debemos esperar de los nuevos diputados federales que se elegirán en 2009?, nos toca elegir: ¿queremos diputados que obedecen a un patrón, a un jefe que les ordena que hacer? ó ¿queremos diputados federales honestos, transparentes y que defiendan las reformas a fondo en beneficio de todo el país?, esta decisión es importante planteárnosla porque finalmente son los legisladores federales los que marcan el rumbo que seguirá el país en los próximos tres años, período crucial y difícil que de no saber conducirse puede generar más desestabilización a nuestra economía y consecuentemente en nuestra seguridad. De ahí que en las próximas elecciones federales la ciudadanía debe razonar muy bien su voto y no dejarse inducir por las dádivas y las despensas para unos cuantos días pero que significan hambre e inseguridad para varios años. Un voto razonado y responsable puede rescatar al país del debacle en que se encuentra. ¿Usted qué opina?

alfredotress04@yahoo.com

1 comentario:

Andrea dijo...

Considero que lo dicho en el arículo es muy importante, ya que vivimos una situación difícil en la que es necesario que la sociedad actúe.

Me despido invitando nuevamente al pueblo mexicano a hacer conciencia en el momento de decidir, a convertirnos en una sociedad crítica, responsable y comprometida; por el bienestar de México y de nuestras familias