domingo, 3 de junio de 2007

La palabra se honra, por Alfredo Tress Jiménez


Desde que el Instituto Electoral Veracruzano el pasado 10 de enero del año en curso, dio inicio al proceso electoral de Veracruz, para renovar los 212 ayuntamientos y los 50 diputados en el Congreso Local, 30 por la vía uninominal y 20 por la plurinominal, comenzaron los rumores de licencias que pedirían tanto diputados para postularse como candidatos a alcaldes, como ediles para postularse candidatos a diputados.

La aspiración de cada personaje que hoy se ha inscrito en su partido para contender por otro cargo de elección popular no es malo, considero que es legítimo, sin embargo las mentiras, las verdades a medias, las promesas incumplidas y sobre todo, las declaraciones hechas de que concluirán su encargo por el cual fueron electos, es lo que se lamenta, que este tipo de seudo políticos continúan depravando la administración pública.

Peor aún, tenemos casos por ejemplo el alcalde de Martinez de la Torre, de afiliación panista, fue electo presidente municipal para el periodo 2005 – 2007. En las elecciones federales pasadas, solicitó licencia para participar como candidato a diputado federal, llevó como suplente a un familiar, ganó utilizando los recursos económicos del ayuntamiento, se instaló como diputado federal un mes, solicitó licencia y se incorporó nuevamente en la presidencia municipal soportando manifestaciones públicas en contra de esta decisión. Hace unos días volvió a solicitar licencia, para aspirar a la diputación local, dejando como candidato a su hermano y llevando como suplente a otro familiar.

Mas allá de que sin duda, porque así lo expresa la mayoría de la ciudadanía de Martínez de la Torre, es un alcalde con licencia que no tan solo no concluyó las obras y acciones emprendidas en su administración, sino que los compromisos adquiridos en su campaña como candidato a presidente municipal no las cumplió, los compromisos realizados en su campaña a diputado federal, difícilmente en un mes de fungir como diputado federal tampoco las cumplió, y en esta nueva oportunidad que le da su partido, el pan de ganar, seguramente por no existir otro proceso electoral en puerta asumirá su responsabilidad, de lo contrario, es muy seguro que para protegerse del incumplimiento como alcalde, se refugiará como diputado federal, solicitando su incorporación.

El caso de Martínez de la Torre pareciera ser que se repite en muchos municipios, tal es el caso, con sus particularidades, del alcalde con licencia de Córdoba, quién repetidamente en diferentes momentos y medios de comunicación que se le cuestionaba si dejaría la presidencia municipal para aspirar a ser diputado local, siempre argumentó que no. El pasado 21 de agosto de 2006 y que aún se aprecia en la página de ese Ayuntamiento comentó, "Con ánimo terminaré mi gobierno" se intitulaba una nota publicada a ocho columnas en un periódico local. En parte del cuerpo de la nota se leía: "Con el apoyo de los cordobeses vamos a lograr buenos resultados y quedarán satisfechos de nuestro trabajo", dijo el alcalde Francisco Portilla Bonilla al concluir su participación en la carrera de 10 kilómetros, que a la mitad del trayecto consideró el momento más difícil, "pero el ánimo de la gente me impulsó a terminar a tambor batiente, igual que como será mi gobierno".

Sin embargo, ahora cambió de discurso, y señala categórico, para justificar su decisión de abandonar un encargo tan importante como la presidencia municipal, pidiendo licencia definitiva, pues está seguro de ganar, ha dicho que: "a mí el pueblo cordobés me ganó, me pidió que no me retirara de la política y que siguiera participando y aprovechando la experiencia y el conocimiento que tengo de la problemática de la región… fue el pueblo el que me hizo reflexionar, fue una decisión difícil, pero creo que he dejado el camino abierto a quien me sustituya… me interesa llegar al Congreso para impulsar el desarrollo del Estado aprobando lo que el gobernador Herrera ha proyectado para Veracruz".

Ante estas declaraciones y la situación actual del alcalde con licencia Francisco Portilla, se antoja retomar las palabras de otro político, Eric Rubio Barthell, quien en alguna entrevista mencionó: "Es frecuente que cuando alguien tiene un puesto en la función pública de repente tenga la oportunidad de asumir otro y se olvide del que tiene, entonces el resultado es que haces mal el que tienes o de plano no cumples y se te dificulta más acceder a otro, de tal manera que lo mejor es terminar bien lo que empezaste y al final si hiciste bien las cosas, seguramente te buscarán, la gente al ver que haces bien tu trabajo y terminas lo que empiezas, entonces cabe la posibilidad de que te buscarán para continuar en más proyectos políticos".

En algunos funcionarios públicos sucede un fenómeno particular, el cargo público que desempeñan llega a rebasarlos en grados exorbitantes, que en un arrebato mesiánico de vanidad y una elevadísima autoestima, se sienten autoritaristas y todopoderosos para aspirar a otras posiciones de poder argumentando que la ciudadanía se los demanda, olvidando dos principios básicos para lograr el éxito en todo: humildad y diálogo. Si bien es cierto que la ciudadanía ha sufragado por ellos poniéndolos en el escaño que ocupan, no siempre está de acuerdo que abandonen el puesto que tienen para buscar uno nuevo.

Solo queda esperar que la ciudadanía se manifieste este próximo 2 de septiembre, ¿lo hará por los políticos tradicionales y faltos de palabra? ó ¿lo hará por actores políticos que cumplen honrando su palabra?. El pueblo es sabio, es el único que se puede equivocar, pero también sabe corregir.
¿Usted qué opina?

alfredotress04@yahoo.com

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