lunes, 2 de junio de 2008

A seis meses de gobierno, más crisis

Por Alfredo Tress Morales


Sabia usted que una de las acciones estratégicas que debe adoptar cualquier gobierno del mundo para evitar continua abriendo la brecha de la pobreza es minimizar al máximo los incrementos en los alimentos. Para ello, países pobres del Continente Africano, sus gobiernos implementan políticas públicas eficaces tendientes a elevar la producción de sus productos básicos; para ello, instrumentan acciones de organización en sus productores y eficientizan sus recursos naturales y económicos para alcanzar los óptimos niveles de productividad que pueden generar internamente, con la intensión de cubrir al máximo las necesidades de su pueblo, si existen excedentes los exportan y de necesitar insumos los importan. Esto es, buscan a toda costa los equilibrios entre oferta y demanda, de tal suerte con sus naciones están siendo competitivas tanto internamente como externamente.
Sin embargo nuestro país, rico en recursos naturales, grandes extensiones de tierras y mano de obra que se exporta al extranjero, con el fin de "aminorar" en los sectores más desprotegidos el impacto por el alza internacional en alimentos, el gobierno de México ha decidido eliminar impuestos y aranceles para la importación de granos. El Presidente Calderón anunció la semana pasada la medida como parte de un plan en apoyo de la economía familiar que ha resentido en los últimos días nuevos incrementos en el precio de productos de la canasta básica, hasta ahora en lo que va del año ya alcanza un 45%.
Calderón afirmó que la seguridad alimentaria es un "asunto de estado" y advirtió que no se tolerará la especulación ni el acaparamiento. El plan se basa en tres ejes: el primero, eliminar impuestos a la importación de trigo, arroz, maíz blanco y amarillo; además, se autoriza una cuota de importación libre de arancel a fríjol, sorgo y pasta de soya. El segundo, eliminar impuestos a la compra en el exterior de fertilizantes. El tercero, destaca que Diconsa mantendrá la leche en cuatro pesos y se eleva a 655 pesos al mes el componente alimentario de Oportunidades.
Se especula que los granos libres de impuestos pueden venir de Australia, Nueva Zelanda y Argentina a precios "más competitivos" de los que ofrece Estados Unidos.
Lamentablemente, este plan emergente implementado por Calderón nuevamente los afectados directamente son los productores nacionales, ya que una vez más la competitividad en subsidios, producto y precios nada tenemos que hacer con otro países del mundo, incluidos los sudamericanos. Otro aspecto lamentable es que tal vez desconozca el señor Calderón que esta medida perjudica a la economía nacional, por el solo hecho de que en el mercado mundial hay una tendencia a la alza en todos los granos.
México se encuentra en una crisis alimentaria ya hace más de 4 sexenios, no aceptarlo e implementar políticas públicas urgentes, laceraría aún más a una población de aproximadamente 60 millones de mexicanos pobres, de los cuales alrededor de 15 millones están calificados en una situación de "pobreza extrema", es decir, simple y llanamente en situación de hambre. Los efectos de la escasez mundial de alimentos golpean a México después de que en nuestro país se ha desmantelado, desde hace 25 años, tanto la infraestructura productiva agropecuaria como la de distribución de alimentos básicos. Desmantelamiento que ha impedido disponer de una soberanía alimentaria y de protección de la canasta básica para la población de más bajos ingresos del país.
Ante el adverso escenario Internacional, el gobierno calderonista, sumergido en sus propias teorías económicas que lo hacen ver otra realidad, instrumenta una serie de acciones de "Apoyo a la Economía Familiar", donde los únicos beneficiarios directamente son los acaparadores y nuestro vecinos del norte (Estados Unidos y Canadá), ya que con ello aceleran al 100% las disposiciones comprometidas en el Tratado del Libre Comercio (TLC), de liberar los aranceles de las importaciones de maíz, huevo y leche, que ahora se extiende a fríjol, sorgo y pasta de soya.
Las medidas que implementa Calderón son insuficientes para contrarrestar la tendencia y duración que tendrá la escalada de precios internacionales de los alimentos, con graves consecuencias para México, que no cuenta con suficientes reservas alimentarias. Estas acciones involucran decisiones de terceros que Calderón las da por sentadas, cuando la verdad es que son inciertas; los importadores, los industriales y las tiendas de autoservicio, no necesariamente asumirán de manera voluntaria el control de los precios ni aceptarán afectar oportunidades de ganancias extraordinarias. Por otra parte, las importaciones acabarán por desmantelar la capacidad productiva agropecuaria del país, y transferirá directamente los elevados precios de los productos importados hacia mayores costos de la cadena alimentaria nacional.
Calderón una vez más equivoca el rumbo del timón y sigue aplicando las mismas políticas públicas neoliberales que dieron inicio hace 25 años, mismas que responde a intereses de capitales extranjeros, las consecuencias las empiezan a pagar miles de millones de familias mexicanas, cuando una de las soluciones sería el otorgamiento de apoyos a las actividades productivas, en particular a los ejidatarios y pequeños propietarios de nuestro país, la entrega de subsidios al campo y alcanzar la autosuficiencia en granos básicos, para dejar de depender del extranjero y para superar la actual crisis alimentaria a nivel mundial.
No es de justicia social, que por continuar aplicando políticas neoliberales, se siga lastimando la economía de los ciudadanos, cuando México es un país con grandes recursos naturales y un campo altamente productivo y mexicanos calificados. De continuar así el panorama es crítico; la crisis alimentaria traerá más pobreza, más migración y aumento de la delincuencia, entre otros problemas. O cambian la política pública del neoliberalismo a la justicia social, o será incierto el destino de México y sus mexicanos.
Correo Electrónico: alfredotress04@yahoo.com

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